Navidad en Hanford

Es la primera vez en nuestras vidas que celebramos la Navidad tan lejos de casa. ¡A 10.000 kilómetros, nada más y nada menos! Y de una manera tan diferente a la habitual, porque la Navidad americana es bastante distinta a la nuestra...

Para empezar diremos que la Navidad en EEUU empieza el día después de Acción de Gracias, es decir, alrededor del 26 o 27 de noviembre... y acaba con el día de Navidad propiamente dicho. Es decir, todo lo contrario a nuestras fiestas, que podríamos decir que empiezan "oficiosamente" el día de la lotería y acaban tras el día de Reyes. Así pues, siguiendo este principio simplísimo hay que decir que hoy 26 de diciembre ya no es Navidad en los States, aunque obviamente en este pequeño reducto español hanfordiano sí que es Navidad... y lo seguirá siendo hasta el día 7 de Enero, por lo menos.

Segunda diferencia. Los villancicos. Desde principios de noviembre los villancicos atormentan los oídos de quienes se aventuran a entrar en un centro comercial americano. Nosotros, en España, también ponemos villancicos... ¡pero no somos taaaan cansinos!!

Bueno, de todos modos, para que os contagieis un poco del espíritu navideño y os recuperéis de las tripadas de Nochebuena y Navidad, os dejo un "Christmas carol":



Otra diferencia básica: la cena de Nochebuena. Para los americanos el día de Acción de Gracias se cena pavo y el de Nochebuena se cena jamón. Obviamente nosotros no hicimos ni lo uno ni lo otro, que para eso somos españoles y decidimos elaborar un menú a la española, es decir, cenar lo que nos apetezca.

En este caso el menú fue pato con salsa de arándanos, patatitas y tostones (especialidad boricua), con embutidos ibérico-americanos, queso manchego y pan con tomate. Regado con vino blanco Viñas del Vero gewustraminer, tinto Jaros Ribera del Duero y cava Reymos de moscatel.

Sólo espero que vostros disfrutarais tanto de vuestra cena de Nochebuena como nosotros y que al día siguiente tuvierais esta pinta en la comida de Navidad:

Lost in translation

Os invito a ver este estupendo sketch de John Cleese (miembro de los Monty Phyton).

Ensenada

México es un país de contrastes. Y la zona donde estuvimos nosotros es buena prueba de ello. Desde nuestro hotel en Las Playas de Rosarito hasta Ensenada hay unos 70 kilómetros, si no recuerdo mal. La "carretera escénica" recorre esta distancia por la costa, de manera que el paseo en coche se convierte en un ir y venir de acantilados y playas que sorprenden a la vista. A cada curva te encuentras con opulentas urbanizaciones situadas en primera línea de mar y rodeadas por una alta valla con alambre de espino y cámaras de seguridad que impiden: primero, que veas lo que ocurre dentro, y segundo, que puedas acceder a su zona privada.
Pero construir estas urbanizaciones no es fácil. La burocracia en México es lenta, muy lenta, conseguir los permisos para construir es muy complicado (o muy caro, no lo sé). Eso es lo que les pasó a los dueños de este hotel, que llevan 15 años para poder conseguir los permisos adecuados y terminar la obra. Pero mientras no la terminen este punto es uno de los miradores más espectaculares de toda la costa de Baja California.

Estas urbanizaciones, con sus grandes villas, campos de golf y televisión por satélite contrastan con el día a día de muchos mexicanos, con su lucha por la supervivencia y con sus tradiciones más arraigadas.

Pero sigamos con el viaje... Llegados a Ensenada hay dos cosas que cualquier turista debe ver: el puerto y la Bufadora.

Ensenada tiene el puerto más grande de la zona, cuenta con terminal de cruceros, astilleros y una activa flota pesquera.

El hombre ballena - Instalación

Dentro del puerto se encuentra el Mercado Negro de pescado, que es como una lonja donde los pescadores llevan sus capturas de día y los restaurantes y particulares acuden a comprar provisiones. Y justo enfrente de esta "pescadería" enorme, hay un montón de bares que ofrecen pescado y marisco a precios muy bajos (los tacos pescado o gambas a un dólar), obviamente un buen sitio para comer pescado fresco y a buen precio.

Tras la pausa para la comida enfilamos hacia la Bufadora. Nos dijeron que es un geiser marino y esperábamos ver como desde el mar salía disparado un chorro de agua, pero en realidad es como unos agujeros en la roca del acantilado que, al subir la marea y aumentar la presión, sueltan agua a presión. Pero os pongo un vídeo para que lo veáis.

Y hasta aquí la segunda etapa del viaje. La tercera, o de cómo tardamos cuatro horas en cruzar la frontera para volver a los States, os la contaré mañana. Bueno, o igual no, que no es que fuera muy divertido.

Besos a todos!!

Tijuana

Hasta donde la vista alcanza... Así es Tijuana... Una población fronteriza con más de un millón y medio de habitantes, o al menos eso es lo que nos dicen... pero lo que más impresiona son las colonias, como las llaman ellos, los suburbios. Comprenden todo el extrarradio de Tijuana y es donde se aglomera la mayor parte de la población. Son barrios donde no existe el asfalto, donde las ventanas no tienen cristales y donde cada día hay muertos y ajustes de cuentas. Es decir, un lugar donde ni los locales ponen un pie.

Pero Tijuana cuenta también con una zona turística, la Avenida Revolución, donde se aglomeran los vendedores de souvenirs que te gritan a su paso: come here my friend, welcome honeymooners, pasen pasen...

En esta avenida se encuentra el teatro Jai Alai, antigua cancha de pelota vasca y actualmente sala de conciertos.

Si seguimos paseando por la misma avenida encontramos el Hotel Caesar donde dicen que se inventó la mítica ensalada césar.

Finalmente destaca también el gran reloj que preside la avenida y que se construyó para conmemorar la entrada de la ciudad en el tercer milenio.

La avenida Revolución, o "La Revu" como la llaman los locales, es el gran centro neurálgico de las compras turísticas, Puedes encontrar desde imanes de nevera, hasta cerámica, pasando por trabajos en cuero. Pero también puedes encontrar esto...

Viva México!!!