lunes, 27 de septiembre de 2010

Paso Robles

Es una de las zonas vitivinícolas más conocidas de California, junto con Napa Valley y, por lo tanto, un lugar que teníamos que conocer. La verdad es que habíamos pensado varias veces en acercarnos cualquier día a darnos una vuelta por las bodegas pero, obviamente, uno de los dos tenía que conducir, y ya se sabe, si bebes no conduzcas. Pero la oportunidad la pintan calva. Un día nos enteramos de que se había organizado una excursión en autobús... y nos apuntamos. Y ese día llegó... ayer.

9 de la mañana. El autobús nos viene a recoger media hora tarde. Típical american. Lo de la puntualidad británica es algo que los británicos no les trajeron cuando los conquistaron. De Hanford nos vamos a la base a recoger a la gente que vive allí. Y de la base nos vamos a casa de Penguin, el organizador de la excursión, que había preparado un pequeño refrigerio. Tipical american otra vez. Bebiendo cócteles a las 10 de la mañana.
11 de la mañana. Salimos hacia Paso Robles. Tras hora y media de viaje llegamos a la primera bodega, Castoro Cellars. Muy buena carta de vinos, como unos 20. Gran variedad. Encontramos un vino que nos gusta pero que como cuesta 35 dólares la botella, pues no es plan de comprar. Con todo, para decidir si de verdad nos gusta, nos pedimos unas cuantas copas más.

13:30h. Segunda bodega, Midnight Cellars. Lo flipo cuando llego, miro la carta de vinos y veo que el primero se llama "Aurora". Qué casualidad, además de tener un pueblo en Illinois, otro en Colorado y una empresa de transporte americana, ahora soy también un vino. Obviamente pido una copa de vino "Aurora". No es nada del otro mundo así que no lo compramos.


15:30h. Tercera bodega, Opolo Cellars. Según nos dicen nos van a hacer un tour para conocer el proceso de elaboración del vino. Pero el tour resulta no existir. En lugar de eso nos dan como 5 ó 6 vinos, muy buenos todos, eso sí. A estas alturas ya no sé si estoy bebiendo Cabernet, Merlot o uvas pasas.

17:30h. Cuarta y última bodega, Vina Robles. Nos dan un vino, nos dan dos vinos... y nos mandan a cenar. ¡Qué fuerte! Si tenemos la cena incluida. Bueno, no resulta ser gran cosa pero por lo menos nos dan vino. Otra vez. Eso sí, el lugar es precioso. Me recuerda a las típicas terracitas de las ciudades españolas, rodeados de árboles, con una fuente de agua, cenando al aire libre, bajo las estrellas. ¡Cómo lo echo de menos!


Llegan las 20h. Sí, a las ocho de la tarde ya hemos cenado, tomado el postre y hecho la digestión pero ¡qué queréis, desde las 9 de la mañana! Nos recoge el bus para llevarnos a casa. El bus me recuerda al autobús del instituto, con los malotes gritando y cantando canciones a pleno pulmón, haciéndose los graciosos. Los demás intentando dormir. Tres o cuatro cuchicheando sobre los malotes... "pero fíjate tú, qué se habrán creído" y "ya te digo, son como críos". Entretanto nosotros cotilleamos internet, el facebook, una cabezadita. Estamos muuuy cansados. Tanto vino nos ha dejado rendidos.


23h. ¡¡Uff, que bien!! En casa, a dormir.

4 comentarios:

  1. Jodo morados os habéis puesto de vino. Pero la calidad que? seguro que un Rioja corrientillo los apalea no?

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  2. Ya te digo!! La verdad es que eran bastante regulares pero a los americanos les tuvimos que decir que eran super buenos... jejeje... y se lo creyeron... ¡almas cándidas!!

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  3. jajajajaja, asi me gusta siempre frienlys

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  4. A ver si ahora va a resultar que os aficionais a ir de vinos en USA.... Siempre puedes explorar mercados para los vinos de cariñena.....

    un abrazo

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