Yosemite

El viernes oímos decir que había nevado en las montañas así que el domingo cogimos los bártulos y marchamos en dirección al Parque Nacional de Yosemite, que viene quedando a unas dos horas de aquí en dirección noreste. La emoción hizo presa de nosotros conforme avanzábamos e íbamos viendo bajar la temperatura en el termómetro del coche...

Tras dos horas de trayecto y una paradita a reponer fuerzas llegamos a Yosemite, aparcamos y preguntamos al señor autobusero dónde había nieve. El Oto del parque, es decir, ese señor que lleva el autobús lanzadera dentro del propio Yosemite y, por lo tanto (o eso creímos), gran conocedor de la zona nos dijo: "Sí, ha nevado en la Grove, debemos tener unas seis pulgadas de nieve, es mi próxima parada en el autobús"

Y nosotros, almas cándidas e ilusionadas con la perspectiva de una batalla de bolas de nieve, le hicimos caso y subimos al autobús. En 30 minuto estábamos en la Grove dispuestos a recorrer la ruta de dos horas que nos llevaba hasta la cima de la montañita donde supuestamente estaba la nieve.

Sí, creo que ya os estáis imaginando que de nieve nada de nada... Tras subir, con una buena pendiente, durante una hora y pico decidimos que se estaba haciendo de noche y que la nieve no aparecía por ningún lado, así que tras un alto en el camino para el chorizo, decidimos regresar.

Por favor, observad que la bolsa en la que venía el chorizo es de Mercadona, directamente traída de España... jajajaj... Ya sabéis que las buenas costumbres siempre nos acompañan, ¿qué sería de un día de monte sin chorizo?

Bueno, conclusión, que nos quedamos sin ver la nieve y se nos hizo de noche para ver lo más interesante del parque nacional, así que tendremos que volver. De todos modos os dejo un par de fotos para que veáis lo impresionante que es Yosemite.