martes, 22 de febrero de 2011

Ballenas en el Pacífico

Este fin de semana hemos podido tachar de nuestra lista personal otra de esas cosas que debes hacer alguna vez en la vida: ver ballenas.
El destino escogido ha sido Morro Bay, una pequeña bahía de la costa central californiana y que está a un par de horas de donde nosotros vivimos.

Morro Bay, CA

Y la elección de la fecha tampoco ha sido casual. Tras investigar un poco hemos descubierto que durante el mes de febrero hay más posibilidades de avistar ballenas que otro mes porque coinciden las migraciones hacia el Golfo de Alaska de las madres con las crías, y el viaje hacia el sur de muchas otras que viajan a Baja California buscando aguas más cálidas donde dar a luz. Así pues, doble posibilidad de avistarlas.

Detalle. Cola de ballena gris.
 Hay que decir que nosotros tuvimos suerte y pudimos ver cuatro ballenas que viajaban en grupo hacia el Norte, y pudimos seguirlas durante unos 15 minutos, lo que nos dio tiempo a hacer algunas fotos y un pequeño video. Obviamente no tienen la calidad del National Geographic, pero sirven para hacerse a la idea de lo maravilloso que es contemplar a estos mamíferos en su hábitat natural, fuera de acuarios, zoos o similares.


Se trata de ballenas grises, una especie que puede alcanzar los 15 metros de largo y pesar unas 20 toneladas. La costa pacífica americana es uno de los pocos lugares donde pueden avistarse dado que están en peligro de extinción en la costa del Japón y se consideran extintas en el océano atlántico desde hace 300 años.

sábado, 19 de febrero de 2011

Sorpresas te da la vida

Hay veces que la vida te sorprende, para bien o para mal, pero te sorprende. Este país nos ha deparado muy buenas sorpresas, maravillosos viajes y gente fenomenal, pero también nos ha sorprendido negativamente descubrir el auténtico estilo de vida americano, la doble cara y doble moral de muchas personas y, sobretodo, la comida americana.
Pero anoche fue la excepción.
Salimos a cenar a Little Italy, un restaurante italiano (como su nombre indica) de la ciudad vecina de Visalia. Debo decir que me sorprendió la calidad de la comida, de la carta de vinos (aunque en realidad no lo puede probar, claro), la atención de los camareros... En fin, una pequeña joya en medio de este desierto.
Pero aquí no acabó la noche. Tras la cena fuimos a la sala de conciertos local, una pequeña vinoteca que ofrece conciertos los fines de semana, y nos encontramos con este maravilloso grupo llamado Abbey Road y su tributo a los Beatles.


PD: Ya perdonaréis la calidad pero lo grabé con el móvil.

lunes, 7 de febrero de 2011

El auténtico oeste

Otro post aparte merece el viaje de vuelta de Santa Bárbara. Nuestro querido GPS eligió que, en lugar de llevarnos por una carretera estatal, era mucho más interesante que atravesáramos un puerto de montaña con todas sus curvas, subidas y bajadas, para que apreciáramos un poco más la geografía californiana.
Y no se equivocó. Este paseo campo a través ha sido todo un descubrimiento que nos ha hecho descubrir la América Profunda, es decir, el auténtico Oeste americano.
Y para muestra, un botón, bueno, concretamente cuatro.

La primera foto no tiene desperdicio, es la puerta de entrada al Rancho Creston Hills, en algún lugar de las montañas que separan la costa californiana del Valle de San Joaquín. Los señores de Creston Hills tienen un rancho que abarca hasta donde la vista alcanza, de hecho su casa no se ve desde la carretera. Yo me imagino al padre y al hijo a caballo, oteando sus tierras desde lo alto de una colina y diciendo: "Hijo, todo lo que ahora ves, algún día será tuyo".


Luego están los ranchos modestitos, o abandonados, pero que ofrecen estampas tan tradicionales como este granero destartalado al que, según parece, aún le dan uso.


Finalmente, este molino de viento que tienen todos los rancheros en sus tierras y que tanto recuerda a los westerns. Tal vez la única diferencia es que en el desierto de Almería no había tanta hierba verde.


Y para terminar, una última parada. Hemos encontrado el lugar donde falleció James Dean en un accidente de coche. Y yo que siempre pensé que sería en algún lugar más glamuroso...

Hippieland

Este fin de semana, gracias a que el sol ha vuelto a hacer presencia en nuestro día a día, hemos decidido volver a salir del valle de excursión. El destino elegido: Santa Bárbara. Y no porque nos recuerde a telenovelas de hace veinte años, que también, sino porque es la ciudad playera más hippy de toda la costa californiana.
Que no digo que sea la única, porque California fue un foco de atracción impresionante para el movimiento hippy de los 60, empezando por San Francisco, pasando por Berkeley o Monterrey y terminando, obviamente, en San Bárbara. Más de 40 años han pasado desde aquella revolución del amor pero muchos de los principios de aquella subcultura se siguen apreciando en la costera Santa Bárbara.
Para empezar diré que es la primera ciudad americana que visito que tiene Carril Bici en las avenidas principales, en la que se fomenta el uso de este vehículo como alternativa al coche particular, que ofrece alquiler de bicicletas en cualquier rincón de la ciudad, que tiene transporte urbano colectivo (y eléctrico) y donde ves a la gente andar y pasear tranquilamente o hacer footing. Tooooodo esto que acabo de mencionar no existe, literalmente, en Hanford y alrededores. Sin ir más lejos, cada mañana que sale el sol y calienta un poquito los huesos, salimos a pasear, y la gente nos mira con cara de pena... Parece que están pensando: "míralos, se ve que no tienen dinero para comprarse un coche y tienen que ir andando a los sitios". Ni siquiera se les ocurre que has salido a pasear, a tomar el sol, a aprovechar esa media horita de luz que te ha concedido el cielo. En fin, que os voy a contar.

Bueno, siguiendo con Santa Bárbara. Os dejo a continuación unas fotos para que veáis la auténtica California de las películas, que es ésta y no cualquier otro rincón de este vasto estado.

Playa de Santa Bárbara

Santa Bárbara desde la Torre del Juzgado

También nos gustó Santa Bárbara porque conserva mucho del encanto de su origen español. La arquitectura intenta seguir el estilo de casas bajas encaladas con tejados de teja roja, las vigas vistas y geranios en las ventanas.

Misión de Santa Bárbara

Courthouse
No me diréis viendo este balconcito que no apetece estar ahora mismo ahí tomando un buen desayuno a la sombra de esa palmera californiana... ¡Mmmhhh! ¡Eso es vida!